Se conocieron en La Zona, casi por casualidad, y al día siguiente ya eran pareja. Veintitrés años después, Verónica y Joaquín celebraron en Los Chopos una boda que fue puro reflejo de su historia: divertida, sincera y con un toque ‘mágico’ del universo que siempre los une. Una historia que merece leerse hasta el final.
Una historia que comenzó “por casualidad”
Todo empezó el 26 de junio de 2002, en as calles de fiesta de Albacete. Coincidieron por casualidad, nada estaba planeado, pero al día siguiente ya eran pareja.
Desde entonces no se han separado.
Han compartido viajes, risas y también su mayor aventura: su hijo Julián, que hoy tiene ocho años.
La pedida fue en Londres, en los estudios de Harry Potter.
Verónica y Joaquín ya habían estado allí, pero decidieron volver, esta vez acompañados de dos amigos.
Entre decorados, varitas y recuerdos, Joaquín le pidió a Verónica que compartieran su historia para siempre.




Cuando el estilo también cuenta una historia
Verónica: una novia fiel a sí misma
Encontrar el vestido perfecto no fue fácil. Verónica tenía claro lo que no quería —ni corte sirena ni escote corazón—, pero le costaba dar con el modelo que encajara con su forma de ser.
Después de muchas búsquedas por Albacete, lo encontró finalmente en Sedka Novias, Alicante, junto a Joaquín.
Eligió el diseño con el que se sintió más cómoda y natural. Porque, al final, eso también forma parte de la magia.
Completó su look con unas alpargatas de esparto comodísimas compradas en Santa Pola, un recogido con rizos sueltos y el maquillaje de Araceli Moreno.



El toque más personal llegó con su tocado, una pieza artesanal con la palabra Always, creada por sus amigos Tere y José Fran.
Cada joya tenía también su historia. Llevaba una pulsera de Pandora, regalo de su hermana Silvia; pendientes trepadores de Marina García y una gargantilla de Hey Happiness, obsequio de amigas y familiares.
El ramo, obra de Valentín Cortés, escondía un detalle muy emotivo: un lazo con medalla y dedicatoria, regalo de su amiga de la infancia, Ana López


Joaquín: elegancia clásica con guiños mágicos
Joaquín eligió un traje y corbata de Sedka Novias (Alicante), camisa de El Corte Inglés y zapatos de la misma tienda de Santa Pola que Verónica, una coincidencia que no fue casual.
Completó el conjunto con un reloj regalo de su tía Mónica y unos gemelos con la palabra Always, regalo de Verónica, que convirtió su look en algo más que un traje: un símbolo compartido.
Sencillo, elegante y con ese tipo de magia que no se aprende en Hogwarts.


Una ceremonia entre risas, música y emoción
Verónica lo tuvo claro desde el principio. Había estado en Los Chopos años atrás, en la boda de su amiga Ana, y aquel jardín se le quedó grabado: la luz, el entorno y el ambiente tenían algo especial.
Por eso, cuando llegó su turno, no dudó.
Eligieron los jardines de Los Chopos para celebrar su ceremonia civil, con sus amigos Ana y Valen como maestros de ceremonias.
El espacio, que decoraron junto a sus amigos, fue el reflejo perfecto de su forma de ser: natural, cercana y llena de detalles hechos con cariño.




Los primeros en entrar fueron los primos de Joaquín, Julián y Álex, que rompieron el hielo entre risas repartiendo flores, al ritmo de Guardianes de la Galaxia.
Una entrada que marcó el tono del día: desenfadado, divertido y muy ellos.
Después llegó el turno de los protagonistas. La madre de Joaquín, Elvira, fue la primera en recorrer el pasillo al ritmo de la Marcha Imperial de Star Wars.
A mitad de camino se unió Joaquín, y juntos completaron la entrada mientras sonaba Solamente tú, de Pablo Alborán.
Poco después, Verónica recorrió el pasillo mientras sonaba Marry Me (One Day), de Piratas del Caribe, en una de las entradas más emotivas del día.





Palabras que llegan directas al corazón
Víctor, las tres amigas de Verónica, los hermanos de Joaquín —Luis Miguel, Antonio y Mónica— y los de Verónica —Silvia, Román y Goyo— compartieron lecturas llenas de cariño y recuerdos.
Pero, sin duda, el momento más especial lo protagonizó su hijo Julián, que tomó la palabra por sorpresa y emocionó a todos los presentes.
La pareja cerró la ceremonia con el ritual de la arena, un gesto simbólico que representó los lazos que los unen.
Una celebración que, como todo ese día, tenía su sello propio.










Brindis, sabores y guiños al mundo mágico
Un cóctel para brindar y reír
El cóctel fue el punto de partida perfecto. Aunque la boda coincidió con una ola de calor, celebrarlo en el interior fue todo un acierto: el ambiente se llenó de risas y conversaciones desde el primer momento.
Los invitados disfrutaron de una propuesta variada y muy comentada: cachopo, oreja, gamba rebozada, mini crêpes de salmón, y las mesas de quesos y jamón, que se convirtieron en las favoritas de la jornada.
Todo acompañado de ese aire festivo que no se improvisa, pero que surge cuando la gente está donde quiere estar.
La bienvenida a la celebración, así como el sitting plan, fueron ideados por Silvia, la hermana de Verónica, y su prima Elisa, y fue una de las grandes sorpresas visuales.
Inspirado en Harry Potter, el bodegón combinaba libros envejecidos, capítulos numerados, maletas de las cuatro casas, una lechuza, una escoba y el gorro seleccionador.






Una comida llena de complicidad
Con Principio de algo, de La La Love You, sonando de fondo, Verónica y Joaquín entraron en el salón.
En cada plato esperaba un toque de ingenio a los invitados: un Ferrero Rocher convertido en snitch dorado y una varita hecha a mano, además de una botella de aceite de Alcaraz como recuerdo.
Pequeños guiños que mezclaban humor, cariño y creatividad.
El menú estuvo a la altura de la magia que reinaba en este día: foie con manzana, carpaccio de vieira, marisco, secreto de bellota y un refrescante sorbete de limón.
Además, durante la comida, hubo tiempo para sorprender… ¡y agradecer!
A las madres de la pareja, Mª Carmen y Elvira, les regalaron unas placas personalizadas y flores preservadas.
Al padre de Verónica, Gregorio, le sorprendieron con una botella de vino grabada, en una caja de madera muy elegante.









A los hermanos, esa misma mañana, les regalaron un cuadro caricaturizado de Aaron Design 23 con los trajes y vestidos del día.
El ramo de la novia fue para la sobrina de Verónica, Silvia.
Pero los verdaderos ‘magos’ de la comida, fueron los capitanes de mesa que se encargaron de mantener el ambiente hasta el final, con brindis, risas y más de un chupito entre canción y canción.
El broche final de una boda inolvidable
La tarta llegó acompañada de Love Story, de Indila, una melodía suave que llenó el salón de emoción.
Sobre ella, los muñecos creados por un primo de Joaquín —impresos en 3D y convertidos en figuras Funko de los tres— provocaron más de una sonrisa entre los invitados.







Un baile que encendió la noche
Ensayado la noche anterior, el primer baile combinó momentos clásicos y guiños divertidos…
Empezó con un vals inspirado en Harry Potter, continuó con la famosa coreografía de Friends (la de Mónica y Ross, por supuesto) y terminó con una canción animada que arrastró a todos a la pista.
Doce horas de celebración y un recuerdo imborrable
Después del baile, Verónica y Joaquín se calzaron unas zapatillas pintadas a mano por Rita, la tía de Joaquín, decoradas con motivos del universo Harry Potter.
La mesa dulce de Los Chopos se llenó de visitas constantes, el fotomatón de Photoflash capturó los momentos más espontáneos, y la improvisada “hora loca” de Victoria Eventos puso el toque divertido a una celebración que no perdió ritmo.
Todo quedó inmortalizado en las imágenes de Ginpic, que supo recoger la energía, las miradas y esa complicidad que acompañó a los novios de principio a fin.
Fueron doce horas de celebración ininterrumpida, desde el mediodía hasta la madrugada, cuando los autobuses de Rodabus esperaban a los últimos bailarines.










El viaje continúa
Lo que empezó una tarde de junio en los jardines de Los Chopos terminó convertido en una historia llena de gestos, risas y cariño.
Verónica y Joaquín celebraron su manera de quererse, y el equipo de Los Chopos tuvimos la suerte de compartirlo.
Después de aquel “sí, quiero”, llegó otro viaje, esta vez a Tailandia con Elia Viajes, para seguir escribiendo recuerdos.
Si has leído hasta aquí, y ahora mismo estás preparando tu boda, quizás la de Verónica y Joaquín te haya dado nuevas ideas.
Aquí tienes el resumen de los colaboradores de su boda, por si quieres una ayuda extra.
Lugar de Celebración: Los Chopos (@LosChopos_)
Vestido de novia y traje del novio: Sedka novias (@sedka_novias)
Peluquería y maquillaje de novia: Araceli Moreno (@aracelimoreno_peluqueria_)
Pendientes: Marina García (@marinagarciajoyas)
Collar de la novia: Hey Happiness (@heyhappinessofficial)
Ramo de la novia: Valentín Cortés (@valentincortesfloristas)
Cuadro caricaturizado: Aaron Design 23 (@aarondesign23)
Fotografía y vídeo: Ginpic (@ginpicbodas)
Fotomatón: Photoflash (@photoflash_events)
Wedding planner y ‘hora loca’: Victoria Eventos (@victoria_eventos_ab)
Servicio de autobús: Rodabus (@rodabusalbacete)
Viaje de novios: Elia Viajes (@eliaviajes)






